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Culpa y preocupación: Sentimientos que deben replantearse

CULPA ES A ENMIENDA, COMO PREOCUPACIÓN A CONFIANZA EN DIOS

Teorías humanistas exponen que los siguientes sentimientos son nocivos para el bienestar: culpa y preocupación. La culpa es la intranquilidad por el pasado; por otro lado, la preocupación es la intranquilidad por el futuro.  Señalan que uno de los puntos “primordiales” para la prosperidad es dejar de angustiarse por aquello que hicimos en el pasado, o por lo que el futuro nos depara.

 

Que la gente de “éxito” es aquella que se ha liberado de estos sentimientos… y hasta aquí suena razonable. Lo lamentable es que estas teorías se han quedado a medias en su concepto. 

 

Como siempre digo, toda teoría de crecimiento que carece de Dios, jamás podrá lograr el beneficio completo a un ser humano.


No podemos simplemente “dejar de angustiarnos” y vivir nuestras vidas como si nada ocurriese. Es decir, no podemos haber cometido algo indebido en nuestro pasado y no hacer propósito de enmienda para mejorar. Tampoco podemos esperar mejores días, si dejamos de lado nuestra confianza en el Señor para planificar el porvenir. Debemos comprender un principio esencial para canalizar estos sentimientos: "Con Dios nuestro pasado está redimido, nuestro presente tiene sentido, y nuestro futuro está asegurado." En pocas palabras el <deja de angustiarte> toma real sentido junto al Señor: "Cuando ellos claman, el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias". Salmos 34, 18.

 

Para liberarnos del sentimiento de culpa es necesario el arrepentimiento o conversión para alcanzar dones que nos permitirán prosperar. Está escrito: "Conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesucristo para que les sean perdonados los pecados, y así recibirán el don del Espíritu Santo". Hechos 2, 38 (b).  La confesión con sacerdotes para el perdón de nuestras culpas tiene su base en la Palabra de Dios: "Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes». Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan». Juan 20, 21-23.  Así tenemos:  "Confiesen mutuamente sus pecados y oren los unos por los otros, para ser curados. La oración perseverante del justo es poderosa" Santiago 5, 16. En cuanto a la penitencia:"Por lo tanto, hagan penitencia y conviértanse, para que sus pecados sean perdonados" Hechos 3, 19 .

 

Para liberarnos del sentimiento de preocupación por el futuro, debemos depositar nuestra plena confianza en Dios: "Descarguen en él todas sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes" 1 Pedro 5, 7.

 

Dejaré unas citas más:

 

Pasado: Proverbios 28, 13

Futuro: Mateo 6, 25-33

 

Las ataduras de nuestro pasado se superan con arrepentimiento, confesión, penitencia y propósito de enmienda con acciones concretas para mejorar. Nuestro futuro lo confiamos en manos de Dios. De modo que finalmente así podremos vivir en santa paz, sentirnos en total libertad y despojarnos de las preocupaciones del mundo para una vida plena y feliz.

 

Con afecto,

Javier

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