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La ventaja de estar preparados

LA PREPARACIÓN Y PREVENCIÓN ASEGURA NUESTRO BIENESTAR

Los seres humanos, desde sus orígenes entendieron la importancia de crear planes de prevención y preparación ante eventos que puedan comprometer una amenaza o peligro: desde animales feroces, hasta siniestros materiales, debacles económicos y amenazas en los cambios climáticos. La humanidad moderna ha elaborado toda clase de planes de prevención para resguardarse de riesgos laborales, accidentes, y catástrofes naturales. Seguros de vida, seguros de accidentes, planes médicos, planes financieros y un sinnúmero de maniobras preventivas están presentes en nuestra sociedad.

 

Sin duda alguna, toda clase de medida preventiva es una poderosa herramienta para resguardarnos de eventos futuros inesperados. Todo plan de acción, requiere un conjunto de sabias actividades y decisiones acertadas. Una persona que no esté lo suficientemente preparada tendrá mayores complicaciones para saber cómo actuar y para determinar qué decisiones tomará ante una situación exigente.

 

El ser humano precavido es un ser virtuoso pues está preparado para el futuro. Es necesario estar alertas, vigilantes, atentos, con la mirada fija hacia adelante, para que el futuro no nos tome desprevenidos. Es cierto que no podemos estar preparados al 100 % de todas las eventualidades que nos puedan ocurrir, no obstante, si mantenemos una vida de criterio formado, las eventualidades futuras no serán abrumadoras.

Pero, con mucha alegría, podemos afirmar que también debemos prepararnos para eventos gozosos, plenos, satisfactorios. Es justo y necesario reflexionar sobre la importancia de estar preparados al entrar en época de Adviento, que significa "venida", del latín: "adventus".

 

En términos cristianos, el Adviento se refiere a la preparación para la vendida de Jesús, a esperar el tiempo de Dios, son las cuatro semanas que preceden a la Navidad. El primer domingo de Adviento es el más cercano al 30 de noviembre.

 

La preparación implica tiempo de vigilancia, alegría, conversión y esperanza, el tiempo de Adviento nos invita a: 

  1. Recordar el pasado: Celebrar el nacimiento de Jesús, salvador y ejemplo de nuestras vidas lleno de humildad hecho hombre.
  2. Vivir el presente: Ser testimonio de una vida en presencia de Jesús. 
  3. Preparar el futuro: Mantener una vigilia, en espera de la segunda venida de Cristo.

 Tal como lo hizo la Virgen María, debemos seguir tres actitudes para vivir este tiempo de Adviento:  

  1. Espera con gozo, esperanza profunda en la llegada de Jesús a nuestras vidas.
  2. Preparación de nuestro corazón con amor y ternura para recibir a Jesús que viene a sellar las promesas de Dios.
  3. Cultivar un corazón generoso, sincero, con acciones tangibles.

Aprovechemos este tiempo para reflexionar nuestro pasado y presente, así como para determinar lo que haremos para ser mejor que antes, demos un alto valor a nuestras vidas preparándonos con un corazón amoroso para recibir a Jesús. Reflexionemos acerca de nuestra relación con Dios y el prójimo y preparémonos para el futuro, para recibir seguros a Jesucristo: "Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante del Hijo del hombre" (Lucas 21, 36)

 

 

Recuerda esto: No hagas nada hoy que comprometa tu mañana, prepara tu corazón con alegría y amor, mantén pensamientos de bien.

 

Con afecto,

Javier

 

 

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