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El sosiego de una conciencia tranquila

DISFRUTEMOS DE UNA CONCIENCIA TRANQUILA

Definitivamente, dormir con la conciencia tranquila es la almohada más placentera para nuestro descanso.

 

La conciencia es el conocimiento que poseemos sobre nuestra estabilidad emocional. Se manifiesta como una voz interior que nos indica la moral de nuestros actos. 

 

Vivir honestamente, sin perjudicar a otra persona o a uno mismo, genera una tranquilidad emocional que podemos disfrutar en cada momento. En efecto, tener la conciencia en paz, es un tesoro que no puede ser comparado con ningún bien material, pues es la máxima expresión del bienestar y armonía interior. Por esta razón es muy importante cuidar nuestra vida para actuar con integridad, honradez y serenidad.

 

Nuestra integridad debe sobreponerse a cualquier acto que perjudique nuestra armonía interior. Una vida cristiana conlleva a actuar en función del bien, del respeto, del amor. En este sentido, debemos rechazar rotundamente las acciones dolosas o de "mala fe". Debemos apartarnos de cualquier forma de hurto, engaño y conspiración. Nuestra lucha interior debe esforzarse para vencer cualquier tentación que nos lleve a cometer actos perjudiciales a corto o largo plazo. 

 

Poder tener la cara en alto, caminar con regocijo y mirar de frente a los ojos de cualquier persona es causa de actuar con principios, y para lograr una conciencia limpia, podemos tomar en cuenta estos básicos pasos:

 

  • Manejar una escala de valores a fin de medirnos cada vez que hagamos algo.
  • Hacer lo correcto tanto a solas como en público, es decir, ser la misma persona en compañía o en individualidad, pues esto representa fidelidad a nuestra ética personal.
  • Hacer siempre el bien, actuemos con una profunda vida cristiana.
  • Ser responsables en nuestras decisiones, pues el camino a elegir puede ser detonante en nuestra paz interior.
  • Escuchemos nuestra voz interior, es importante dejar que Dios nos guíe en nuestro camino, para tener calma, decidir y actuar. Dejemos que el Espíritu de Dios llene nuestros pensamientos de sabiduría.

 

Esforcémonos por actuar de la manera que Dios quiere que actuemos: con una conducta amorosa e irreprochable.

 

"Por eso trato de conservar siempre una conciencia irreprochable delante de Dios y de los hombres." Hechos 24: 16.

 

"Digo la verdad en Cristo, no miento, y mi conciencia me lo atestigua en el Espíritu Santo."  Romanos 9: 1.

 

"Este es para nosotros un motivo de orgullo: el testimonio que nos da nuestra conciencia de que siempre, y particularmente en relación con ustedes, nos hemos comportado con la santidad y la sinceridad que proceden de Dios, movidos, no por una sabiduría puramente humana, sino por la gracia de Dios." 2 Corintios 1: 12.

 

Un abrazo en Cristo.

 

Con afecto,

Javier

 

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