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El Coaching perfecto

El Coaching es un modelo de entrenamiento vanguardista que fomenta el máximo desarrollo personal y profesional, dentro de un proceso de mejoramiento continuo.

 

Este término proviene de "coach" (que en español significa: entrenador). El método de coaching no se limita a un rígido modelo administrativo.

 

Todo lo contrario, el coaching fomenta un cambio trascendental para el entrenado, desde el liderazgo de su entrenador. La gran transformación de la persona que recibe el entrenamiento, solamente es posible cuando su entrenador genera lazos afectivos y profesionales vinculados a: una motivación exitosa, a la determinación de objetivos claros que permitan ser evaluados periódicamente, a continuos diálogos de reflexión, y a desarrollar estrategias de mejoramiento de habilidades, destrezas y talentos. La idea es tomar conciencia de la actual realidad personal y visualizar hacia donde se aspira llegar, para sacar a flote los talentos escondidos y desarrollar los talentos conocidos. Los planes de acción son constantes en el día a día.

 

Los seminarios de coaching jamás podrán completar el entrenamiento ideal si no tienen como centro de sus procesos al "coach" perfecto, al entrenador por excelencia, al Maestro de maestros: a Jesús. 

 

EL COACHING PERFECTO

 

Un coach, más que un dirigente, es un verdadero compañero que mantiene un diálogo continuo con su equipo, formula preguntas eficaces de reflexión, indagando la causa de cualquier problema personal. El buen coach hace que su equipo medite sobre cosas aún no exploradas en su interior, el buen coach hace que su equipo se mueva hacia la meta deseada, hacia el cambio extraordinario. Un entrenador de valor, sabe que cada persona es diferente, por ello da un trato personalizado al ritmo de cada ser humano, acompaña a cada persona de su equipo de manera personalizada en su recorrido hacia el éxito. Una persona que tiene una caída en su estado anímico, o siente que sus esfuerzos individuales no le otorgan los beneficios esperados, o quiere que su realidad actual sea mejor, es quien más requiere el apoyo de un buen coach.

 

Jesús es sin duda el Maestro perfecto, tan perfecto que nadie podría igualar su victoria. Él nos dio la Vida Eterna, venció a la oscuridad de la muerte y resucitó triunfante lleno de Gloria. Pero su vida trascendental comenzó desde que era un niño: "Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que los oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas." (Lucas 2, 46-47). Este versículo encierra el concepto de coach perfecto: "escuchar y preguntar", "responder de forma inteligente" y "asombrar a sus interlocutores". Un coach pregunta "qué", "para qué" o "cómo",  más veces que el "por qué", sus preguntas se dirigen del presente hacia el futuro, nunca al pasado.

 

Jesús, el Maestro perfecto se hizo notar desde niño y transformó la realidad del mundo en su edad adulta. Por ello, el mejor curso de coaching que podemos recibir, es la lectura del Evangelio. Si pudiésemos darnos el tiempo de estudiar en la Biblia, la vida de Jesús y sus enseñanzas, nuestra sabiduría y fortaleza se elevarían a una cercanía más íntima con Dios. De modo que debemos dejar que Dios nos moldee o entrene, pues así seremos pulidos como el diamante más brillante:

 

"Porque nuestros padres sólo nos corrigen por un breve tiempo y de acuerdo con su criterio. Dios, en cambio, nos corrige para nuestro bien, a fin de comunicarnos su santidad. Es verdad que toda corrección, en el momento de recibirla, es motivo de tristeza y no de alegría; pero más tarde, produce frutos de paz y de justicia en los que han sido adiestrados por ella. Por eso, que recobren su vigor las manos que desfallecen y las rodillas que flaquean." (Hebreos 12, 10-12).

 

Jesús entrenó al mejor equipo del mundo, a sus apóstoles. Con ellos formó su Iglesia, que ha trascendido hasta la actualidad, Jesús promovió el cambio personal y perdonó los errores del pasado. Hay tantas historias que podemos encontrar en los Evangelios que demuestran las habilidades de Cristo para moldear el alma y el cuerpo humano.

 

Es realmente asombroso estudiar a Jesús como el mejor modelo de coach, al enseñar con parábolas, predicar con amor y responder con sabiduría. Por ejemplo, cuando Jesús quería poner en evidencia a las cosas del mundo y a las cosas de Dios, simplemente planteó una magnífica interrogante:

 

"¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida?" (Marcos 8, 36)

 

Cualquiera que haya estado cerca de Jesús cuando pronunció estas palabras, sin duda tuvo que haberse puesto a reflexionar sobre la importancia de la Vida eterna, respecto a cualquier cosa del mundo. Y de éso se trata exactamente cómo debe influenciar un coach en las personas: hacer preguntas poderosas que no únicamente lleven a una respuesta, sino a una verdadera reflexión interior.

 

CARACTERÍSTICAS DEL COACH

 

También podemos encontrar en Jesús, a las cuatro características esenciales de un buen coach: ser una persona de oración, ser humilde, ser retador y ser caminante:

 

SER PERSONA DE ORACIÓN: La oración debe ser imprescindible en los logros de objetivos. Los momentos de oración más conocidos por nosotros, que tienen que ver con Jesús, pueden ser la oración de Jesús antes de su pasión, o cuando nos enseñó la oración del Padre Nuestro. Sin embargo, Jesús tuvo muchos momentos de oración, Él oraba constantemente, y así debemos procurar ser. Podemos encontrar momentos de Jesús orando en estos pasajes: Mateo 14, 23  /  Marcos 1, 35

 

SER HUMILDE: Un buen entrenador es humilde y no busca destacar sobre el otro, sino que lo ayuda a superarse, a confrontar sus temores y a pulir sus talentos. Jesús sin duda, vivió esta realidad.

 

SER RETADOR: El mejor entrenador busca conseguir metas extraordinarias, potenciando las habilidades de los demás. Jesús nos enseñó que la meta más grande es ser santos, es lograr la vida eterna por medio de Él. Jesús no tuvo miedo de enfrentar lo que estaba mal ni decir la verdad. Fue valiente, tan valiente que dio su vida por nosotros.

 

 

SER CAMINANTE: El buen entrenador ha recorrido el camino desde el inicio, por ello sabe cómo guiar a las personas en cada punto o nivel. Jesús nos ensenó a orar, a renacer de nuevo, a amar, a morir para vivir. Jesús en el camino hacia Emaús acompañó a dos de sus discípulos, estuvo con ellos luego de que resucitó, es un maravilloso relato que lo puedes disfrutar en: (Lucas 24, 13-35).

 

 

OBJETIVOS DEL COACHING 

 

 

Jesús en su vida terrenal nos mostró la mejor capacidad de liderazgo, un liderazgo que ha trascendido en el tiempo. En los Evangelios podemos apreciar sus enseñanzas y vincularlas con los objetivos de un gran entrenamiento, imitemos a Cristo y dejemos que Él nos muestre el camino para ser mejores día a día con estos objetivos:

 

  • Cambiar nuestros hábitos y conductas actuales para mejorar en el futuro
  • Trabajar en nuestras emociones
  • Ver más allá y considerar nuevas opciones
  • Conocernos y superarnos personalmente con amor y oración
  • Mejorar nuestra comunicación y relaciones personales
  • Establecer objetivos claros y que permitan ser medidos en el tiempo
  • Identificar nuestros caminos para conseguir metas
  • Mejorar nuestra productividad y gestión del tiempo
  • Desarrollar nuestros dones y ponerlos al servicio de Dios y los demás
  • Profundizar nuestro comportamiento ético y nuestros estándares profesionales.
  • Establecer acuerdos personales y con los demás
  • Escuchar y preguntar
  • Crear conciencia de lo que necesita mejorar en nosotros.
  • Diseñar planes de acción.
  • Buscar responsabilidad en nuestros procesos

 

 

 

Recuerda esto:

 

Aprender sobre la vida de nuestro Salvador, es enriquecernos con la miel del aprendizaje perfecto, la meta no es sencilla. Los grandes objetivos requieren esfuerzo y sacrificio. Dejemos que Jesús lidere nuestras vidas y nos lleve a la gran meta del cielo. Alcanzar la Vida eterna debe ser nuestro objetivo primordial. Que el amor y la perseverancia sean nuestras cualidades, ya nos lo dijo Jesús:

 

"Todos los que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas. Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran." (Mateo 7, 12-14)

 

Con afecto,

Javier

 

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