· 

El amor nunca deja de ser

A menudo escuchamos el concepto del amor y lo vivimos con nuestras familias, amigos o con nuestra pareja.

 

Cuando pienso en el amor recuerdo la más grande prueba de amor: Dios por amor envió a su único hijo para que tuviéramos vida eterna por medio de Él:

 

"Amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de Él". (1 Juan 4, 7-9).

 

Dios nos creó por amor y quiere que lo vivamos y lo ayudemos en su proyecto de amor aquí en la Tierra. ¿Cómo vivimos ése amor en el caso puntual con nuestra pareja?, en especial en tiempos difíciles, cuando descubrimos que el amor no sólo es magia de los primeros días, cuando ya no estamos en esa etapa maravillosa en la que nuestra pareja parece perfecta en la que todo parece verdadero y seguro y al parecer estamos caminando entre nubes y sentimos todo el tiempo mariposas en el estómago.

 

El verdadero amor se lo vive cuando aparece la desilusión, cuando nos sentimos menos amados y cuidados, esa etapa en la que llega al final del noviazgo o fortalece la relación, en esa etapa en la que nos damos cuenta que el amor es paciencia, lealtad, amistad, respeto y aceptar a la pareja tal y como es, en la que a veces se vuelve complicado, en la que exige renuncias y sobre todo en el que es tiempo de darse al otro, en la que haces todo para que no se desvanezca, para que no se apague, ese tiempo en el que te das cuenta que el amor verdadero con el tiempo no envejece ni se apaga, sino que se hace más fuerte y que sabes que al final valdrá la pena lo que has vivido porque pasas a la siguiente etapa en donde comienzas a crear un amor real y duradero, en la que se vuelven aliados, ayudándose a entender y curar heridas; construyendo la relación sobre la roca del amor verdadero, no sobre la arena de sentimientos que van y vienen. 

 

“El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. (1 Corintios 13, 4-7).

 

 

Un abrazo en Cristo y María

Escribir comentario

Comentarios: 2
  • #1

    Ana Raquel (lunes, 01 abril 2019 12:53)

    Bien dicho, el amor real y verdadero es el que supera la desilusión y se fortalece porque está basado en el amor perfecto, el amor de Dios..!!

  • #2

    Nayfer jaimes (sábado, 06 abril 2019 08:07)

    Gracias q buen mensaje.Dios lo bendiga