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Portadores de la Luz de Cristo

Jesús es Luz del mundo que nos ilumina con poder y nos saca de las tinieblas.

 

Ser portadores de la Luz de Cristo debe ser nuestra forma de vida, pero al no ser una tarea fácil, debemos pedir ayuda a nuestra Madre María. No hay nadie que supere a nuestra Madre en la enseñanza para ser portadores de Cristo, Ella albergó en su vientre a Jesús y caminó a su lado hasta su muerte en la Cruz.

 

La fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo y la Purificación de María, nos invita a reflexionar sobre la Luz de Salvación. Ni Jesús ni María tenían impureza, sin embargo cumplieron los ritos de la antigua ley para demostrarnos que la humildad es un acto que precede a la luz:

 

"Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación de María, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: "Todo varón primogénito será consagrado al Señor". También debían ofrecer un sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley,  Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: «Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel»." (Lucas 2, 22-32)

 

 

La actitud de la Virgen María debe ser asimilada por nosotros para ser cristianos de fe, así como Ella lo tuvo en brazos como portadora de Luz, así debemos llevar a Cristo en nuestras vidas. Jesús siendo Dios se hizo humano para sentir nuestras debilidades y convertirse en un verdadero hermano de sangre de la humanidad que lo busca como Luz de Salvación:

 

"Todos los hijos de una familia tienen la misma sangre; por eso, Jesús quiso ser de nuestra misma sangre para destruir con su muerte al diablo, que mediante la muerte, dominaba a los hombres, y para liberar a aquellos que, por temor a la muerte, vivían esclavos toda su vida. Porque Él no vino para socorrer a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham. En consecuencia, debió hacerse semejante en todo a sus hermanos, para llegar a ser un Sumo Sacerdote misericordioso y fiel en el servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo. Y por haber experimentado personalmente la prueba y el sufrimiento, Él puede ayudar a aquellos que están sometidos a la prueba." (Hebreos 2, 14-18).

 

Pidamos bendiciones y apoyo a nuestra Madre para ser más pacientes, humildes y adentrarnos en una vida de luz junto a Jesús.

 

María es la primera persona que se asocia con Cristo en el camino de la obediencia, de la fe y del dolor compartido. Cuando María lleva a Jesús al Templo, lo ofrece a Dios como verdadero Cordero que quita el pecado del mundo; lo pone en manos de Simeón, lo presenta como luz para iluminar a las naciones.

 

Si se nos hace difícil vivir en Cristo, no dudemos en acudir con amor hacia nuestra Madre. Vivir junto a nuestra Reina nos hará comprender de mejor manera el Evangelio, nos permitirá hallar la Luz de Jesús más rápido y nos apoyará para recibir favores de Dios de forma dulce y oportuna.

 

Busquemos el amparo de María para ser portadores de la Luz de Cristo en el día a día. Gloria a Dios por siempre, bendita su Luz, bendita su Madre, nuestra Madre.

 

Saludos en el amor de Cristo. 

Javier

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